Ruta Del Ámbar en Puerto Plata: Descubre el Mágico Viaje del Ámbar Dominicano

Con sus impresionantes playas, su exuberante vegetación, su histórica arquitectura colonial y su vibrante cultura, Puerto Plata, situado en la República Dominicana, es todo un destino para los turistas. Pero una de las atracciones más olvidadas es la encantadora Ruta del Ámbar, un viaje único y mágico en el que los visitantes pueden descubrir la cautivadora historia, el folclore y la belleza del ámbar dominicano.

Historia del ámbar dominicano

El ámbar dominicano es el más antiguo y codiciado del mundo. Se cree que el ámbar se creó a partir de la resina de un árbol extinguido hace mucho tiempo conocido como «Hymenaea», que floreció en la República Dominicana hace entre 20 y 40 millones de años. Atrapados en el interior del ámbar hay innumerables fósiles e inclusiones, como hormigas prehistóricas, mosquitos, lagartos y flores. Esto convierte al ámbar dominicano en una increíble ventana al mundo prehistórico y en una piedra preciosa infinitamente fascinante.

La Ruta Del Ámbar: Qué ver y hacer

La Ruta Del Ámbar es una experiencia única para cualquier persona interesada en aprender y experimentar la belleza del ámbar dominicano. El viaje comienza en el Museo del Ámbar de Puerto Plata, donde los visitantes pueden conocer la historia y la geología de la piedra, así como el proceso de extracción y elaboración. El museo también cuenta con una impresionante colección de piezas de ámbar, incluida la mayor pieza de ámbar del mundo, que pesa 15,34 kg.

Desde el museo, los visitantes pueden hacer un recorrido panorámico en coche por la exuberante campiña dominicana, visitando 13 ciudades y pueblos históricos por el camino. Cada uno de estos pueblos y aldeas ofrece fascinantes exposiciones y demostraciones del arte de la artesanía del ámbar, así como hermosas joyas de ámbar hechas a mano y tallas de madera únicas. Los pueblos también albergan talleres donde los visitantes pueden ver a los maestros artesanos crear cautivadoras tallas de ámbar y madera, e incluso probar el arte ellos mismos.

El folclore y la magia del ámbar dominicano

El ámbar dominicano no es sólo una hermosa piedra preciosa; también está profundamente arraigado en la cultura y el folclore de la República Dominicana. Según la mitología, se cree que la piedra tiene poderes mágicos y se dice que posee la energía de la tierra y la sabiduría de los antiguos. Los lugareños creen que llevando ámbar encima pueden obtener protección y buena suerte. Por este motivo, muchos visitantes de Puerto Plata se proponen comprar una joya de ámbar antes de emprender el viaje de vuelta a casa.

Aprovecha al máximo tu visita a La Ruta del Ámbar

Al visitar La Ruta del Ámbar, es mejor planificar el viaje con antelación para garantizar una experiencia realmente mágica. Los visitantes deben reservar tiempo para visitar las ciudades cercanas de Sosúa y Cabarete, donde se encuentran algunas de las mejores playas del Caribe, así como los increíbles jardines botánicos de la ciudad de Imbert. Además, los visitantes pueden hacer una parada en el Hipódromo de Santiago, donde podrán ver carreras de caballos y disfrutar de la gastronomía local.

Antes de emprender el viaje, es una buena idea familiarizarse con las costumbres y el idioma de la República Dominicana para relacionarse mejor con los lugareños y apreciar plenamente la cultura única de la isla. Por último, es importante estar preparado para el clima tropical cálido y húmedo del Caribe, por lo que los visitantes deben llevar ropa ligera y transpirable, así como abundante crema solar y repelente de insectos.

Conclusión

La Ruta del Ámbar es un viaje verdaderamente único e hipnotizador a la historia, el folclore y la magia del ámbar dominicano. Los visitantes quedarán cautivados por los impresionantes paisajes, los amables y acogedores lugareños y, por supuesto, la increíble belleza del ámbar. Tanto si eres un entusiasta del ámbar como si simplemente quieres explorar la impresionante campiña dominicana, La Ruta del Ámbar es una experiencia que no te puedes perder.